viernes, 9 de febrero de 2018

Carnaval en San José de Chiquitos, un carnaval diferente

Se tiene calculado que cerca de 15.000 personas llegaran a esta población chiquitana para disfrutar de un carnaval con tradiciones misionales y jesuiticas. La Hotelería sigue recibiendo demandas de hospedaje y se están habilitando casas particulares para recibir a Posokas (Visitantes), durante los días de fiesta.

Cada pueblo del mundo tiene su particular forma de celebrar esta fiesta de carácter mundial; pero en San José de Chiquitos, dos peculiaridades la hacen atractiva: las tradiciones, costumbres, mitos y leyendas, propios de los pueblos que forman parte de las Misiones Jesuíticas Chiquitanas y el colorido, diversión y derroche de alegría que niños, jóvenes y adultos, agrupados en comparsas, le imprimen al concursar para llegar a ser los mejores en coreografías, alegría, vestimentas y arreglos de carros alegóricos con motivos típicos y universales.

Para esta festividad, las autoridades originarias se organizan con la finalidad de divertirse antes de entrar a la cuaresma, es por ello que preparan bebidas típicas de la región como la chicha patacada, el culipi y el añejo, las mismas que los nativos comparten al son de cajas, violines y flautas.

La tradición de los chiquitanos muestra que el pueblo antes de divertirse, recibe del Cura Párroco, al medía del primer día de carnaval, en las puertas del templo, las banderas del jubileo, totalmente blancas, símbolos que son recibidos con la promesa de devolverlos el último día en las mismas condiciones.

Luego de este ceremonial, los carnavaleros forman una sola rueda para bailar la chobena chiquitana y dirigirse a la Casa de Bastón, lugar donde el Cacique General realiza el tradicional destape del cántaro de chicha, para compartirla con todos los asistentes.

El clima festivo, los 3 días de carnaval, es totalmente alegre al estilo oriental, bailando con banda, la tamborita chiquitana o jugando agua y pinturas; pero si alguien por pasarse de tragos hiciera alguna jocha, recibe su castigo en las puertas del templo, el martes de carnaval, después de la devolución de las Banderas del Jubileo al Cura Párroco. El castigo consiste en tres chicotazos con un cola e`peji.

Pero sin lugar a dudas que aparte de estas particularidades, lo más importante es que el jolgorio durante los días de carnaval, transcurre con la plena certeza que no se sufrirá ninguna clase de vandalismo o violencia, toda vez que en esta festividad se siente la familiaridad a flor de piel.

Venga a disfrutar con nosotros, de un carnaval diferente, con IDENTIDAD Y SEGURIDAD.

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