miércoles, 20 de abril de 2011

Domingo de Ramos

San José de Chiquitos, una población arraigada a los valores y costumbres, legada por los padres jesuitas, desde más de 300 años atrás; recuerda la vida, pasión y muerte de nuestro Señor Jesucristo, preservando el sincretismo religioso que los nativos y mestizos ponen de manifiesto, en cada uno de los días, de este importante acontecimiento religioso católico.
DOMINGO DE RAMOS

Siguiendo la antigua tradición jesuítica josesana, en las misas de las 06:00 y 09:00, respectivamente, se realizaron las bendiciones de las Palmas, con la finalidad de alejar al demonio del pueblo. Posterior a ello, a las 12 del medio día, los hermanos cruceros, con ayuda de algunas personas particulares, protagonizaron una representación bíblica, el robo de la imagen de Jesús de Nazaret montado en su burrito, imagen que fue conducida hasta el lugar denominado Betania, donde María y José encuentran a su hijo Jesús. Esta representación se desarrolla tradicionalmente, acondicionando un altar sobre la calle Velasco entre las calles Germán Busch y Jesús Chávez de nuestra población.

En horas de la tarde, con las palmas bendecidas, los religiosos y todo el pueblo católico, acompañaron al Niño de Ramos y al Nazareno Montado en su burro, desde Betania hasta el templo, recordando la entrada triunfal que hiciera el hijo del hombre a la ciudad de Jerusalén. Haciendo su primer ingreso al templo, ambas imágenes fueron recibidas con una lluvia de flores amarillas, el flamear de palmas, repiques de campanas, canticos de proclamación como el hijo de David, Rey de Israel y el sonar de tamboras y violines. Posteriormente el Nazareno y el niño de Ramos fueron paseados por todo el circuito procesional, de esta legendaria tierra chiquitana.

La negación del pueblo judío a Jesús de Nazaret fue representado con el cierre de las puerta del templo, las mismas que fueron abiertas de par en par, posterior al cantico del anautiña, interpretado por el Cacique General del Cabildo Indigenal y del toque con su báculo, tres veces. Este ceremonial, fue acompañado de melodías de un violín interpretadas desde el coro del templo, ubicado en la parte superior del ingreso principal, de la nave central.

Años anteriores este trabajo lo realizaba el Cacique y todo el Cabildo, solo eran admitidos los varones; las mujeres no tomaban parte en este ceremonial, en la actualidad la mujer juega un rol protagónico en esta celebración.

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