El cacique indígena de San José de Chiquitos, Ernesto Barba, manifestó que el cabildo aprobó apoyar al padre Mateo y pedir a la Diócesis de San Ignacio que anule las acusaciones en su contra.
El obispo de la diócesis indica que "el sacerdote (Mateo) Elvio Pinto jamás ha sido párroco de San José de Chiquitos, oficio eclesiástico que se recibe solamente por nombramiento del Obispo".
La nota explica que para ser nombrado párroco se deben demostrar ciertas cualidades que la Iglesia católica exige y que no se apreciaron en Pinto.
Sobre los procesos que debe afrontar el clérigo, el comunicado refiere la existencia de "una larga lista de faltas a la disciplina eclesiástica que ha cometido". A tiempo de señalar que "no conviene ventilar en los medios de comunicación" dichas faltas, afirma que son "suficientes para que la Santa Sede me haya aconsejado instruir el actual proceso canónico para ver si conviene su dimisión permanente del Estado Clerical".
Como ejemplo de las irregularidades que rodean a Pinto, Flock explica que el sindicado religioso firmó "ilegalmente documentos como “párroco”, lo que constituye delitos de falsificación y usurpación de funciones".
El Obispo demuestra con documentos citando algunos artículos del derecho canónico referidos a la "pérdida del estado clerical" y a las condiciones requeridas para ser nombrado como párroco.
Monseñor Flock remite a la Santa Sede para que defina el futuro de Elvio Pinto "de acuerdo al Cánon 290 del Código de Derecho Canónico, que es el ordenamiento jurídico o derecho interno que regula la organización y funcionamiento de la Iglesia Católica".
Resalta, eso sí, que el clérigo afronta un proceso por “causas gravísimas”.