En San José de Chiquitos, el Cabildo Indigenal mantiene viva la tradición de la elaboración de las velas de cebo, ese elemento que la feligresía porta en las manos en cada procesion y que nos hacen recordar la forma de cómo los Judíos y Romanos se iluminaban en su vida cotidiana, sus ceremoniales. Tiempos en los que vivió Jesús de Nazaret.
Por la forma de vida que tiene nuestro municipio, catalogado como zona ganadera, cuyo principal producto es el ganado vacuno, del cual se extrae el cebo para la fabricación de las velas, los fabricantes de este singular elemento de Semana Santa, desde muchos años atrás resolvieron sustituir al Cerote (cera del panal de la abeja) por el cebo de vaca.
Anteriormente, el cebo se recolectaba de las estancias ganaderas después de la fiesta del carnaval. El cacique o un algún integrante del Cabildo, llegaba a las estancias al son de la tambora a pedirles el cebo que guardaban, estos se lo entregaban en muestra de servir a la iglesia por la fiesta de Semana Santa. Este acontecimiento se lo conocía como PRIMINCIA.
En la actualidad, el cebo se recolecta del matadero municipal, lugar donde se faenéan las reses. Una persona del cabildo está encargada de recoger el cebo diariamente para luego empezar con la elaboración de las velas.
El proceso se inicia con el cocimiento del cebo, hasta que la grasa se deshace y queda liquida, se agrega una porción de cera de abeja para que quede en un punto adecuado para que se le pueda dar forma. Después, en una varilla se coloca el pabilo de hilo donde se procede a vaciar diez veces la grasa liquida, hasta completar el tamaño y grosor adecuado. Posteriormente se deja secar.
El cabildo habitualmente elabora para estas fechas una cantidad aproximada de 5.000 velas artesanales, las cuales son repartidas a los feligreses en los días de la Semana Santa.