Con profunda emoción y visible agradecimiento, Don Juan Carlos Justiniano Saravia compartió un conmovedor testimonio de fe y tradición al concluir la procesión del Nazareno Crucificado la noche del Jeves Santo.
Don Juan Carlos relató que hacen 22 años realizó una promesa para la buena salud de su esposa, su familia y para que nunca les falte el trabajo. Fue entonces cuando comenzó a participar en la tradicional alzada de la imagen del Nazareno Crucificado, en andas, junto a don Israel Vaca (+) y otros penitentes.
Un año después de iniciar esta significativa práctica, surgió la idea de uniformarse como símbolo de unidad y compromiso. "Don Israel me dice compremos camisa y le digo yo compro las camisas para los que alzamos al Cristo Crucificado y él me dice yo compro para los judíos y así comenzó", recordó don Juan Carlos, destacando con orgullo que posiblemente fueron los primeros en uniformarse entre todos los que participan en la penitencia.
Esta tradición de uniformarse se ha mantenido viva durante aproximadamente 18 años, fortaleciendo el sentido de comunidad y devoción entre los participantes.
La emoción de don Juan Carlos se hizo aún más palpable al compartir la dicha de alzar las andas junto a su hijo, quien actualmente tiene 20 años, desde hace ya tres años. Este hecho representa para él una continuidad de la fe y una herencia de las tradiciones familiares.
El testimonio de don Juan Carlos Justiniano Saravia resuena profundamente en la comunidad de San José de Chiquitos, reflejando la profunda fe y el arraigo de sus tradiciones durante la Semana Santa. Su historia es un ejemplo de devoción, unidad familiar y el cumplimiento de promesas que enriquecen el espíritu de esta celebración religiosa.