El Gobierno Municipal le rinde homenaje póstumo.
A las 14:30 de ayer las campanas de la torre jesuítica anunciaron el deceso de don Juan Casupá Durán, quien fue un ícono, como cacique general del cabildo indigenal, en la conservación de la cultura originaria, quién levantó a la institución en tiempos difíciles y de abandono.
Su deceso ocurrió en Santa Cruz de la Sierra, y sus restos fueron trasladados a San José. Las exequias serán a las 10:00, previa ceremonia de despedida en la Casa del Bastón.
Don Juancito, como le decían sus amigos, antes de trasladarse a vivir en San José, radicaba en Piococa, donde tenía una humilde vivienda y su chaco, y allí, como en la comunidad La Cantera, oficiaba como religioso, conduciendo el rezo del santo rosario, presidiendo los cánticos litúrgicos antiguos e incluso predicaba mensajes cristianos.
Ese es don Juancito, al que las viejas generaciones conocieron, emigró a San José y jugó un rol importante en la historia nativa. Él acaba de partir a la patria celestial, a quien el Gobierno Municipal le rinde homenaje por su aporte a la cultura viva de nuestra región.
“Fue una personalidad en el ámbito del cabildo indigenal, rescató y levantó la entidad en tiempos difíciles, era un nativo Ramanuca, que merece recibir la postrera despedida de este pueblo, al que representó en la cultura nativa. Mis sentidos pésames a sus familias y al cabildo, que el Señor le conceda el descanso eterno”, señaló el alcalde Marbin Barbery.
El cacique general, Ernesto Barba, señaló que el fallecimiento de don Juancito representa la pérdida de un importante miembro de la gran familia del cabildo, y que la noticia se recibió con dolor, “porque era un ser muy querido y respetado entre los conservadores de las costumbres nativas”.
Don Juancito solía decir que el cabildo combina el respeto por el entorno natural y las tradiciones indígenas, como importante legado jesuítico.